Dada la situación actual de aislamiento y confinamiento en la que nos encontramos, tras decretarse el estado de alarma en nuestro país provocado por el COVID-19, creemos conveniente abordar desde un punto de vista psicológico cómo podemos encontrarnos en estos momentos y qué podemos hacer para sentirnos mejor.
Sois muchos los familiares de niños con cardiopatías congénitas que contactáis para referirnos como os estáis sintiendo. Os toca de cerca un caso que posiblemente pertenezca a un grupo de riesgo, lo que puede aumentar sentimientos negativos en estos momentos.
¿Qué es normal sentir en esta situación?
La ANSIEDAD, el MIEDO y la PREOCUPACIÓN son las emociones más comunes, ante un escenario de alerta sanitaria como el que estamos viviendo, y su función es protegernos ante situaciones desconocidas, amenazadoras y potencialmente peligrosas. Estas sensaciones son necesarias, nos mantienen alerta y hacen que respondamos con rapidez y eficacia (bien enfrentándonos al peligro, bien alejándonos de él). Por ello, en el contexto actual, un cierto grado de ansiedad, preocupación y miedo, es beneficioso y saludable, ya que hará que estemos más alertas y que actuemos de forma adecuada ante las indicaciones sanitarias que debemos seguir.
Solo cuando alcanzan unos niveles excesivos pasan a ser algo negativo, que nos bloquea y nos impide gestionar las amenazas con eficacia. Es entonces cuando de ser una ayuda se transforman en un impedimento, por lo que tenemos que adoptar medidas para abordarlas.
Otras sensaciones que podemos sentir ante el confinamiento son: ENFADO, IRRITABILIDAD, SOLEDAD, ABURRIMIENTO, FRUSTRACIÓN, IRA, TRISTEZA, DESESPERANZA, etc… Todo ello, en un alto grado, puede dar lugar a alteraciones conductuales y problemas, al relacionarlos con aquellas personas con las que compartimos el aislamiento.
Pero no todas las sensaciones que son frecuentes en este estado de alarma tienen connotaciones negativas, también estamos experimentando emociones positivas. Sentimos AGRADECIMIENTO Y ORGULLO por las personas que día tras día están luchando por ayudar a los demás. También, al extrañar a nuestro seres queridos, estamos sintiendo CARIÑO y AMOR por ellos y es buen momento para expresarlo, lo que hará que sintamos ALEGRÍA de sentirnos queridos, aún estando en la distancia. Además, continuamente estamos compartiendo MOTIVACIÓN con amigos, para ver de qué manera podemos hacer esto más llevadero, animándonos los unos a los otros y ayudando a quien se encuentra más decaído. También podemos sentir SATISFACCIÓN, al ver la responsabilidad y el esfuerzo común que todos estamos realizando para solventar esta situación lo antes posible. Estas emociones positivas, entre muchas otras, suelen pasar desapercibidas, pero no por ello son menos importantes, ya que son las que nos pueden hacer el confinamiento más ameno y llevadero.
¿Qué podemos hacer para sentirnos mejor y gestionar nuestras emociones?
1. Centrarse en lo positivo
Esta situación de emergencia sanitaria y de cuarentena hace que seamos más conscientes de los aspectos negativos, pero también, como hemos expresado previamente, existen los aspectos positivos. Será siempre más saludable centrarnos en ellos. Algunas formas de hacerlo sería:
- Aprovechar para reflexionar sobre las cosas que de verdad importan.
- Redescubrir que conversar extendidamente con la familia puede ser interesante.
- Realizar cosas que siempre hemos querido hacer en casa, pero para las que no encontrábamos tiempo.
- Ayudar a los demás, dentro de nuestras posibilidades, en esta difícil situación. Es hora de sacar nuestro ingenio para motivar a los demás, y seguro que será recíproco cuando nosotros estemos decaídos.
- Valorar la empatía y solidaridad de mucha gente.
- Tomar conciencia de que es una situación temporal, de la que saldremos más fuertes como personas y como sociedad.
2. Abordar las emociones negativas
Lo primero es aceptar que todos experimentamos emociones negativas, y es ahora, tal vez porque tenemos más tiempo, cuando somos más conscientes de ellas. Para afrontar estas emociones pueden ayudar las siguientes pautas:
- Dentro de lo posible, mantener las rutinas, esto ayudará a conservar la sensación de normalidad y el orden mental.
- Elaborar un horario de actividades, diferenciando tiempo de trabajo y tiempos de descanso, y entre días de diario y fines de semana.
- Mantener las horas de sueño, acostarse y levantarse a la misma hora que normalmente. Usar ropa cómoda, pero cambiarse de ropa, no permanecer todo el día en pijama.
- Hablar con las personas con las que convivimos y llegar a acuerdos sobre cómo organizarnos: compras, tareas domésticas, etc.
- Si necesitamos atención sanitaria o tenemos prevista una consulta durante el confinamiento, hay que seguir las instrucciones de tu médico/a o del personal de enfermería que nos atiende habitualmente.
- Con los menores planificar, haciéndolos participes, su actividad, diferenciando los periodos que han de dedicar a sus tareas escolares y al juego. Hacer que mantengan sus horarios de sueño y comidas habituales. Reservar un tiempo para estar con ellos/as y para tener actividades juntos/as, es hora de ser creativos y buscar la mejor forma de disfrutar del tiempo juntos.
- Con respecto al trabajo, si hay posibilidad de ello, realizar teletrabajo. dedicar un espacio en la casa para ello, diferenciando de donde estaremos el resto del día. Si por el contrario tenemos que desplazarnos, es necesario cumplir las medidas que ha establecido la autoridad sanitaria para evitar los contagios.
- Mantener contacto con familiares y amigos, afortunadamente tenemos amplias formas de hacerlo con las nuevas tecnologías. Intentar ser positivos, hablar de todo y no centrarse en los aspectos negativos del aislamiento.
- No sobre informase, es importante conocer la situación, pero siempre de medios fiables, evitando el contagio del catastrofismo y el miedo colectivo. No difundir bulos, ni aceptar que nos lleguen.
- Podemos usar técnicas de relajación, las cuales son beneficiosas para todos: respiración profunda, meditación, relajación muscular…
- Intentar hacer algo de ejercicio, el cual hará que nos sintamos mejor emocionalmente.
- ¡No hace falta estar todo el rato juntos! Tomarse momentos para uno mismo, y respetar los espacios y los momentos del resto de personas de la casa. Todos necesitamos nuestro espacio.
- No hay que obsesionarse con pautar todo y hacer algo a cada momento, no pasa nada si hay ratos o días en los que no tenemos ganas de hacer nada, permitámonos estar con nosotros mismos sin más. ¡Aburrámonos!
A pesar de intentarlo puede que la situación nos desborde y sintamos la necesidad de hablar con un profesional, ante ello podéis contactar con la Asociación Corazón y Vida
RECUERDA, SEGUIMOS CONTIGO
#QUEDATEENCASA