Existen alrededor de 300 diagnósticos diferentes, sin embargo, hay algunas cardiopatías congénitas más frecuentes que otras. Todas estas patologías están originadas por un fallo que se produce en la estructura del corazón durante su formación en las ocho primeras semanas de embarazo. Si durante este proceso ‘algo falla’, es probable que se genere una cardiopatía congénita, que puede ser más leve o compleja en función de la anomalía que presente el corazón o los vasos sanguíneos adyacentes.
La mayoría de las cardiopatías congénitas pueden ser detectadas antes del nacimiento o a las pocas horas del parto. Sin embargo, hay ocasiones en las que las personas nacen con una cardiopatía, pero no manifiestan síntomas hasta que pasan unos meses o incluso años.
Aunque las cardiopatías congénitas tienen características comunes, cada diagnóstico tiene una evolución, pronóstico y tratamiento diferente. Existen numerosas maneras de clasificarlas, dependiendo de cómo afecten al corazón o en función de su modo de presentación. Fisiopatológicamente, quizás por su facilidad para comprenderlo, se dividen en dos tipos: cianóticas y no cianóticas.
Cardiopatías congénitas cianóticas
En las cardiopatías congénitas cianóticas, la sangre no se oxigena de manera adecuada. Quizá sea el grupo más conocido, dado que uno de los síntomas más característicos es la coloración azulada (cianosis) que aparece en la piel, las mucosas y en las extremidades.
Esta falta de oxígeno en la sangre se produce porque:
- Pasa poca sangre hacia los pulmones.
- La sangre circula de manera incorrecta porque, por ejemplo, las arterias que salen del están conectadas de forma invertida con los ventrículos.
- Se mezcla la sangre oxigenada con la no oxigenada.
Dentro de este conjunto de cardiopatías congénitas, las más frecuentes son la Tetralogía de Fallot, transposición de los grandes vasos, anomalía de Ebstein, corazón izquierdo hipoplásico, atresia pulmonar, atresia tricúspide, tronco arterial o drenaje venoso pulmonar anómalo total.
Cardiopatías congénitas no cianóticas
Las cardiopatías congénitas no cianóticas son aquellas cuyas anomalías impiden que la sangre fluya de manera correcta al resto del organismo. En función del modo que lo hacen, se dividen en:
- Cortocircuito izquierda-derecha: engloba problemas cardiacos que dificultan el paso de sangre de la circulación sistemática a la pulmonar. Las cardiopatías más frecuentes la comunicación interventricular (CIV), la comunicación interauricular (CIA) y el ductus.
- Por otro lado, las obstructivas que son aquellas que entorpecen la salida de la sangre hacia las cavidades, como es el caso de la estenosis pulmonar, la estenosis valvular aórtica y la coartación de aorta.
Control y tratamiento de las cardiopatías congénitas
Para el control y tratamiento de las cardiopatías congénitas hay que tener en cuenta las características de la afección y la severidad de esta. En este sentido, pueden clasificarse en:
Cardiopatías leves: son aquellas que presentan una lesión mínima. Están vinculadas con las no cianóticas, como pequeños cortocircuitos, y no son graves.
Cardiopatías moderadas: presentan un riesgo moderado y en este tipo de cardiopatías se encuentran la estenosis aórtica moderada, hipertensión pulmonar, prótesis valvulares, insuficiencia aórtica o mitral moderada, extrasístoles ventriculares e hipertensión arterial sistémica.
Cardiopatías graves: en este grupo la lesión es grave y debe ser tratada con cuidado. Aquí encontramos la estenosis aórtica grave, taquicardias supraventriculares, estenosis pulmonar grave, síndrome del QT largo congénito, síndrome de Marfán, insuficiencia aórtica o mitral grave, coartación de aorta e hipertensión pulmonar grave.
Los nuevos métodos diagnósticos no invasivos, fundamentalmente la ecocardiografía doppler, las nuevas técnicas de cuidado intensivo neonatal y los avances en el tratamiento médico y quirúrgico están reduciendo considerablemente la mortalidad de personas que en el pasado morían a las pocas horas de nacer con una cardiopatía congénita.
Además, el diagnóstico precoz durante el embarazo está permitiendo mejorar el tratamiento desde el punto de vista clínico, así como disminuir la incidencia de cardiopatías graves.
La esperanza de vida de una persona con esta anomalía cardiaca depende de muchos factores, pero en la mayoría de los casos si son tratadas a tiempo, viene a ser la misma que el resto de la ciudadanía.
Lo cierto es que la cardiopatía congénita es una patología que se da con más frecuencia de la que creemos. En España, 8 de cada 1.000 niños nacen con una malformación en el corazón, sin embargo, aún sigue siendo una afección bastante desconocida para la población en general.
En la Asociación Corazón y Vida, llevamos desde 1993 trabajando para dar visibilidad a las cardiopatías congénitas en Andalucía. Contamos con servicios de apoyo psicológico y asesoramiento, entre otros, para prestar ayuda a personas de este colectivo que lo necesitan. Si es tu caso, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.