El paciente al que se le ha implantado este dispositivo es Asier De la Torre, quien padecía una cardiopatía congénita con riesgo de sufrir arritmias graves. Debido a una intervención realizada con anterioridad, resultaba imposible el acceso hasta el corazón con el cable propio de un desfibrilador convencional.

En este sentido, el paciente asegura que, cuando le propusieron esta opción terapéutica, se decidió enseguida. "Al informarme de que la intervención para implantarme el desfibrilador no suponía un riesgo gracias a su localización subcutánea, acepté la alternativa. Con ese desfibrilador iba a evitar que me pudiera ocurrir un infarto, además de los pequeños desmayos que había tenido en un par de ocasiones anteriores, episodios de pérdida de consciencia, que podían ser debido a arritmias. La verdad es que ahora vivo más tranquilo", ha señalado De la Torre.

Respecto a la intervención, el paciente ha asegurado que no sintió miedo alguno. "Si no hubiese sido subcutáneo y hubiese sido necesario llegar hasta el corazón, no hubiese accedido, porque no quería volver a pasar por un quirófano. La intervención fue tan leve que para el implante del desfibrilador no necesité más que una ligera sedación", ha precisado.

Implantan por primera vez en España un desfibrilador subcutáneo para arritmias graves

Recomendado para pacientes pediátricos

Entre los pacientes especialmente indicados para la implantación del desfibrilador subcutáneo frente al habitual figuran aquellos en los que sea imposible el acceso al corazón por una vena adecuada, así como los pacientes pediátricos, en los que con los años suele ser necesario cambiar el cable.

El nuevo dispositivo, al ser subcutáneo, ofrece mayor facilidad para los cambios de materiales que sean precisos. "Evita entrar de nuevo en la vena y acceder al corazón, lo que favorece asimismo su implante en aquellos pacientes con patologías que ofrecen un riesgo bajo de arritmias. De este modo, se evitan los inconvenientes y los riesgos de tener que acceder hasta el corazón", ha señalado este experto.

El tiempo necesario para este procedimiento es similar al que se precisa para el convencional y se sitúa en torno a una hora. No es necesaria anestesia general, puede colocarse asimismo mediante sedación y el ingreso hospitalario es de 24 horas. En todos los tipos de desfibriladores es necesario realizar un cambio de batería, normalmente, cada 5 a 8 años.

Fuentes:

Clínica Universitaria de Navarra
europapress.es