No podemos dejar pasar la oportunidad de mostrar nuestro cariño y admiración por el Dr. Santos de Soto, haciéndonos partícipes de los escritos de tres de sus compañeros, publicados en la web de la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas, de la que fuera presidente

Dr. D. Antonio Moruno Tirado: A la memoria de su «Maestro, amigo y hermano»

¡Ay soledad de la noche!
con laminitas de escarcha
con empedrado de estrellas
como jazmines en jarras.
¡Ay compadre de mi vida
cómo la muerte nos llama!,
entre los pagos de sierra
a lomos de nuestras jacas……….
(Romance del Contrabando, Pepe Santos)
Han pasado dos meses y, aún muy escasamente, la tristeza se distrae un poco y tibiamente afloja mi mano para poder coger la pluma, (ahora la llaman teclado), que quieren que escriba algo, para glosar tu persona, memorial/homenaje, como si estuvieras muerto.
Quizás sea cierto, porque yo, que fui primero tu alumno y luego tu amigo, casi tu hermano pequeño, siento aún una terrible desazón, una opresión permanente y espesa, como de alquitrán, un luto por triplicado, y, así, como comprenderás, mucho no se puede escribir.
Entre los paréntesis de la tristeza, sobre todo en estas noches de cielos limpios del invierno en el sur, contemplando ese empedrado de estrellas, tuyo, que compartimos en ocasiones, sin abusar, me animo a ello, para que te conozcan más, en todas tus facetas. Pido indulgencias de antemano, por si entre los renglones, se me deslizan palabras demasiado apasionadas para este foro, lo siento, tienen que saber que eres mi amigo.
Es que era imposible trabajar contigo, conocerte, y, permanecer al margen. Compartimos el trabajo, que siempre hacías fácil, a veces casi rayando en la magia, mostrándonos esa solución que estaba ahí, pero que no alcanzábamos a ver, hasta que tú, con tus conocimientos, de forma lógica y con sencillez aplastante, nos la ponías delante de los ojos; y también compartíamos la redacción concienzuda y puntillosa de comunicaciones o artículos científicos, (las gafas quitadas, concentración máxima), los congresos, los cursos del Marañón-“¿no hay chimpún en este curso?”-, el Hotel Convención,- “¿cuántos japoneses siempre, no?”-, las corbatas, las tertulias, tras la cena en aquel vecino bar del jamón, las confidencias y las aficiones, el flamenco, en especial la riqueza variada de tu fandango de Huelva, el Betis, el Real Madrid, en distinto orden, (“¡qué malos tiempos, para los dos!”), la lectura y, algunos que otros versos intercambiados…
Sí, me atreveré a hablarles de ti, aunque será difícil sin que tiemble la pluma, por lo que, ya sabes, como decía aquel fandango del Carbonerillo, en la poderosa voz de Calixto Sánchez que tanto te gustaba: Con las lágrimas se va/ la pena grande que se llora/con las lágrimas se va/la pena grande es la pena/ que no se pue llora/ esa no se va/ se quea…

“Primero se es persona, luego médico”

Semblanzas de un hombre cabal
Pepe nació en un pueblo de las estribaciones de la sierra de Huelva, fronterizo con Portugal, llamado ¿casualmente/premonitoriamente? Paymogo (país del Mago) el 22 de Noviembre de 1948. Se sentía enormemente ligado a su pueblo, a sus gentes y al paisaje bellísimo de su dehesa, por donde se perdía cada vez que podía, respirando en su “quietud sonora” libertad y sosiego; arraigo que marcó profundamente su carácter.
Tras los correspondientes estudios iniciales en su pueblo, completó el Bachillerato en Huelva y Sevilla, en el exigente, y querido, Colegio de San Francisco de Paula, y accedió a la Facultad de Medicina de Sevilla donde cursó la Licenciatura entre los años 1966 y 1972. Posteriormente ejerció como Médico Rural en varios pueblos onubenses, hasta que en 1974 accedió, por el sistema MIR, a la especialidad de Pediatría, realizando el primer año de rotación en Medicina Interna, en el Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander; la melena veinteañera al viento…
El día 7 de Abril de 1975 se incorporó, como Médico Residente Asistencial -denominación que tenían entonces los residentes- al Hospital lnfantil Virgen del Rocío de Sevilla, donde completó la formación de Pediatría y Cardiologia Pediátrica. En 1978, al finalizar su periodo de residente, ganó por oposición una plaza de Médico Adjunto de Pediatría en el Hospital Materno-Infantil de Badajoz, en donde ejerció hasta 1981.
Ese año consiguió, también por oposición, la plaza de Médico Adjunto de Pediatría y Cardiologia Pediatrica en el Hospital Infantil Virgen del Rocío, al que se vuelve a incorporar el 1 de Junio de 1981.Desde el principio se dedica a la Hemodinámica, acompañando en estas tareas durante más de 30 años al Dr. Alfonso Descalzo Señoran, que ya era Jefe de Sección de la misma. Alfonso fue primero su maestro, luego su amigo; constituyendo ambos un tándem imprescindible (e inigualable) sobre el que se asentó- junto con la Cirugía, UCI, y la Cardiologia Clínica- el formidable desarrollo de la Cardiologia Pediátrica en este Hospital.
Durante casi 20 años, además de su trabajo como hemodinamista, incluidas 15 guardias localizadas al mes, realizaba guardias en la UCI de Pediatría, a la que consideraba su segunda casa y donde gozó de la amistad y admiración de todos sus compañeros (véase escrito adjunto de la Dra. Josefina Cano).
En el año 2001, tras el fallecimiento de la Dra. Salud Ariza, (qepd), Jefa de Sección de Cardiologia Pediátrica, y cuando aún los puestos vacantes de Jefes de Sección, no se amortizaban, consiguió de nuevo por oposición, la plaza de Jefe de Sección de Cardiologia Pediátrica en dicho Hospital, manteniendo su trabajo en Hemodinámica, incluida las guardias, (“en el quirófano es donde más tranquilo estoy”), hasta su jubilación el 23 de Noviembre del 2014, día en el que, tras una Conferencia Magistral sobre el Cateterismo intervencionista en el neonato, como un excelso torero, salió a hombros de los Cirujanos Cardiovasculares por la puerta principal de su querido Hospital Infantil.

Semblanzas de un hombre cabal
Fue un magnifico hemodinamista y un extraordinario y querido Jefe, no solo por su completísima formación, sino porque huyendo de cualquier tipo de egoísmo se preocupó de transmitirnos su vasto arsenal de conocimientos con humildad, rigurosidad e ironía, (cualidades marcadísimas en él). Además, con su proceder en la clínica, impregnado de humanidad, y su ingenio y arrojo controlado en la Sala de Hemodinámica, se constituyó en un motivador nato de su personal, admirado y querido por todos los profesionales del Hospital relacionados con el mundo de la Cardiologia Pediátrica. También por las familias de los pacientes, a cuya Asociación (Corazón y Vida) apoyó y animó siempre (véase el video de la entrevista de Canal Sur TV por su jubilación)

Semblanzas de un hombre cabal
De su talla humana hablan detalles como, ya cuando luchaba con su enfermedad y con los efectos de la maldita quimioterapia, pedía a la Inspección Médica el Alta en la semana de descanso de la quimioterapia para incorporarse a su trabajo, “porque allí me distraigo”; entre otras, una de esas distracciones fue implantar un stent en la única rama pulmonar viable de un niño que, en la UCI, no salía de ECMO tras una compleja Cirugía. El cateterismo se realizó en el quirófano de Traumatología, con la escopia del mismo, puesto que la sala de Hemodinámica estaba en obras y el niño, en ECMO, no se podía trasladar, sin un altísimo riesgo, a otro Hospital. El paciente salió adelante, la Inspección Médica, en el siguiente periodo de Alta tras otro ciclo de quimioterapia, lo mandó a distraerse al parque.
Era muy exigente con nosotros, pero es que él era el que más trabajaba, el que siempre estaba cuando lo necesitabas y, sino, también. Así no es difícil comprender que no teníamos horas para irnos del Hospital. Éste era vivido por nosotros casi como nuestra casa. Entonces nadie nos obligaba a ir a trabajar dos tardes al mes gratis, por aquello de la forma de aplicación por parte del Servicio Andaluz de Salud (SAS), de la ampliación de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Éramos nosotros, los que con gusto nos quedábamos muchas tardes de forma altruista, en la sala de Hemodinámica, en la UCI o, en consultas para quitar una lista de espera de ecocardiografias, de hasta siete años, heredada de la anterior jefatura.

Semblanzas de un hombre cabal
La Sección de Cardiología de nuestro Hospital, antes y después de absorber a la de Hemodinámica tras la jubilación del Dr. Descalzo en 2012 y la correspondiente amortización de su plaza de Jefe de Sección de Hemodinámica, experimentó bajo la Jefatura del Dr. Santos un importantísimo auge. Logró a base de trabajo y resultados que la Administración, con la que lidiaba como un hábil torero, cubriera las bajas por jubilación, acondicionara las obras de la nueva planta de hospitalización, con habitaciones individuales, a lo que él sugería en los planos que le consultaban, que ampliara las Consultas Externas, duplicándolas, que nos compraran una sonda de ecocardiografia transesofágica, con la que se revisaban todas las correcciones quirúrgicas antes de abandonar el quirófano el paciente, un nuevo ecografo Philips IE33 y una nueva sala de Hemodinámica; si bien aquí no pudo conseguir la que prefería: ya luchaba con su enfermedad con frecuentes periodos de Baja laboral. Pero logró que nos “regalaran” como curiosa indemnización, otro ecografo, similar al anterior, una sonda transesofágica neonatal y una sonda 3 D. Por si fuera poco bagaje, auspició la puesta en marcha de una nueva RMN hecha por un Cardiólogo Pediatra en el Hospital Infantil, incorporando al Dr. Valverde, exresidente, tras su estancia en Londres, a la Unidad.

Semblanzas de un hombre cabal
Infatigable trabajador, es autor de 112 Comunicaciones y Ponencias Científicas, presentadas en Congresos Regionales, Nacionales e Internacionales y de 62 Publicaciones Científicas en revistas tanto nacionales como internacionales. Obtuvo 8 Premios Científicos por Comunicaciones presentadas en Congresos Nacionales. En 1989, su Tesis Doctoral sobre Valvuloplastia pulmonar percutánea- con 32 casos recogidos desde 1986- obtuvo la calificación de SOBRESALIENTE CUM LAUDEM.
Pero no solo se preocupó de su prolija formación y curriculum. Persona extraordinariamente generosa, no es menos loable su ingente labor docente. Desde su jefatura, siempre estuvo vinculado a la docencia de su Hospital Infantil, como formador y tutor de residentes, transmitiéndoles tanto sus conocimientos, de forma seria y rigurosa, en sus clases o sesiones clínicas, como la forma de acercarse a los enfermos, con su proceder profundamente humano y ameno, cercano y accesible para todos, regalando así, a los residentes- de Pediatría, de Cardiologia Pediátrica y de Cardiología de Adultos- una formación integral de la Medicina, inolvidable para muchos, haciéndose acreedor de una sincera y profunda admiración (véase blog de José María Carmona «Algunos hombres buenos»)
Ha sido Director de 5 Tesis Doctorales y autor del libro Manual para padres de niños con Cardiopatias Congénitas, además de autor de capítulos sobre Cardiologia Pediatrica en 5 libros de Pediatría.
Además, extendió su labor docente a los estudiantes de Medicina, como Profesor Asociado de la Universidad de Sevilla en los últimos 10 años de su actividad profesional, despertando vocaciones, ya que algunas de esas estudiantes, tras superar el examen MIR, acabaron siendo Cardiólogas Pediatras.

Sociedad Españora de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas (SECPCC)

Semblanzas de un hombre cabal
Con este bagaje científico y personal, no es de extrañar que fuera el hombre idóneo, que estuvo en el momento adecuado, para fundar la Sociedad Española de Cardiologia Pediátrica y Cardiopatias Congénitas.
Apenado por el triste panorama de crispación y enfrentamientos personales entre los presidentes de las dos secciones de Cardiologia Pediátrica existentes en lo últimos años del siglo XX -una dependiente de la AEP y otra de la SEC-, no hizo falta que Carlos Maroto (qepd), o Pascual Malo le insistieran mucho en aquel Curso de Actualización del Gregorio Marañón del año 2000, para que presentara su candidatura a las siguientes elecciones de la sección de Cardiologia Pediatrica de la AEP, teniendo como principal objetivo ser una candidatura de unidad y consenso, con variada representación territorial, superando los enfrentamientos personales. Esa candidatura presidida por él resultó elegida ganadora por una amplia mayoría de votos en el XXIX Congreso Nacional de la AEP, celebrado en Tenerife en el año 2000.
Rápidamente su Junta Directiva aprueba la transformación de la sección en Sociedad Científica, como habían hecho antes otras especialidades pediátricas de la AEP, con el nombre inicial de Sociedad Española de Cardiologia Pediatrica, aprobándose dicha transformación, así como los Estatutos de la misma, confeccionados por él, (con la ayuda de sus infatigables colaboradores los Dres. Zabala y Grueso, a la sazón Secretario y Tesorera respectivamente en sus dos Juntas Directivas), en el siguiente Congreso Nacional de la AEP celebrado en Cádiz en el 2001, que es donde nace oficialmente la Sociedad Española de Cardiologia Pediatrica.
En esa Asamblea de socios, además, a propuesta suya, para no marginar a nadie en la nueva etapa que se estaba iniciando, todos los miembros de la sección de Cardiologia Pediatrica de la SEC fueron invitados a integrarse en bloque en la nueva Sociedad Científica, para así conseguir su objetivo prioritario que no fue otro que lograr, “de una vez por todas”, la unión de todos los Cardiólogos Pediatras del país. Para certificar esto último y, a propuesta de los socios, acepta presentarse a las elecciones para la Junta Directiva de la Sección de Cardiologia Pediatrica de la SEC, encabezando una candidatura con los Dres. Baño, Malo y Tejero, que resulta ganadora en el Congreso de la SEC celebrado en Barcelona en Octubre del 2001.
De esta forma su persona simbolizó, como presidente de las dos secciones de Cardiologia Pediatrica de la AEP y de la SEC, la unión anhelada de todos los Cardiólogos Pediatras, integrando todas las sensibilidades y grupos del país, con respeto y colaboración, en la Sociedad Española de Cardiologia Pediatrica y Cardiopatias Congénitas. Esta unión, sin duda, ha constituido el sólido cimiento del posterior progreso que ha tenido nuestra Sociedad y que, dando continuación a su obra, debemos cuidar con exquisito esmero.
No es de extrañar que en las siguientes elecciones celebradas en el año 2004 no hubiera otra candidatura que, de nuevo, la encabezada por él, con la mayoría de los miembros de su primera Junta Directiva. Sin duda, los resultados del Congreso fundacional en Sevilla en el año anterior, también contribuyeron notablemente a ello.

Semblanzas de un hombre cabal
El I Congreso Nacional de Cardiologia Pediatrica, que a propuesta del Dr. Zabala, se celebró en Sevilla los días 23 y 24 de Mayo del 2003, representó, como así lo refirió en su discurso de inauguración, la constatación de la unidad de todos los Cardiólogos Pediatras del país.
Y la organización de ese Congreso nos tocó a todo su grupo. Fue un periodo de intenso trabajo para todos, pero, como no podía ser de otra forma, especialmente para él, que casi nada delegaba y todo lo supervisaba. Empezando por buscar una Secretaria Técnica, finalmente se apostó por Acción Médica (gracias Dr. López Chozas), siguiendo por numerosas reuniones con empresas que contribuyeran a la viabilidad económica del Congreso, colocando sus expositores, múltiples visitas a hoteles para establecer la sede del Congreso, y a diferentes restaurantes y asociaciones recreativas para celebrar la cena de clausura (“¿y el catering será bueno?”); y, por fin, la elaboración del Programa Científico y las correspondientes recepciones y alojamientos de los ponentes invitados, (“Ricardo Muñoz, que no, que no!; que no se mastica la concha, que de las coquinas, solo se come el bichito”)…
Se volcó literalmente en la organización de aquel Congreso, cuyas sesiones científicas tuvieron gran afluencia de público, que las siguió con gran expectación y participación; y, como broche, tenía que estar presente su pueblo, representado, tras la cena de clausura, por las guitarras flamencas y los fandangos de Huelva de sus primos Casto, Juan Nicolás, Juan Manuel y su amigo Manuel Márquez, geniales e incansables artistas.
No faltó ningún detalle, tenía que salir bien – “Josefina, tesorera, no podemos perder dinero”- y, salió bien. En su discurso de inauguración, satisfecho por el trabajo realizado volvió a recalcar la esencia de su motivación: “Hoy hacemos realidad el viejo sueño de muchos Cardiólogos Pediátricos y Cirujanos Cardiacos de podernos reunir en un foro científico común todos los profesionales que nos dedicamos al estudio, prevención, diagnostico y tratamiento de las cardiopatías congénitas”.
Como ya se ha referido antes, presidió la Sociedad que fundó, durante dos mandatos 2001-2007, trabajando tan intensa e ilusionadamente, con sus respectivas Juntas Directivas como el primer día. Marcó y nos condujo por los primeros tramos del camino, y así se lo reconoció nuestra Sociedad, nombrándolo, a propuesta conjunta del Dr. Ramón Bermúdez Cañete y de quién suscribe, (de lo que me siento enormemente orgulloso), aprobada por unanimidad por nuestra Junta Directiva y ratificada de la misma forma, en la Asamblea de socios del Congreso de Toledo, el 7 de Mayo del 2010, Miembro de Honor de la Sociedad Española de Cardiologia Pediatrica y Cardiopatias Congénitas. Todavía tengo sus manos sobre mi espalda en aquel abrazo emocionado que me dio, al entregarle la placa conmemorativa, agradeciéndomelo, ilusionado como un colegial con zapatos nuevos, “no lo olvidaré en la vida”, yo tampoco maestro; yo tampoco.

Paymogo

Su semblanza no estaría completa sino se conociera la permanente y firme conexión que mantuvo siempre con sus raíces, con las tradiciones y costumbres de su pueblo, que él llevaba a gala. Así fue miembro de la Junta de Festejos de la Romería de la Santa Cruz de Paymogo en 1976, presentador del Pregonero en 1981 y 2014, Pregonero de la Santa Cruz en 1995 y autor de poemas y artículos, sobre su pueblo y sus paisajes, a los que cantó profusamente, recogidos y ampliados con otros sobre diversos temas-incluidas aquellas reflexiones sobre la muerte y su enfermedad- en un delicioso librito, titulado Cantos a Paymogo (Ed. Pagos de Sierra), publicado en el año 2015, de cuya lectura se percibe que, además de un magnifico poeta, (así se sentía, hasta tal punto que esta palabra era su contraseña en el sistema informático del hospital), era una persona muy reflexiva y tenía asumida la muerte con serenidad y naturalidad, mucho más que todos los que veíamos cómo ésta le iba ganando la batalla.

Semblanzas de un hombre cabal
Que mi voz sea como el agua del arroyo
que discurre sin ruido, limpia y tierna
y que sepa transmitir en esta hora,
todo el amor, que en su pecho encierra
(Plegaria del Pregonero, Pepe Santos)
Ya no pudo asistir físicamente a su última Romería en la primavera del 2016 pero, sin embargo, estuvo muy presente. Las guitarras, el corazón y la voz de su gente cantaron por él un fandango que les compuso a tal fin:
En la lejanía te siento
¡ay!, Romería de la Cruz,
en la lejanía te siento,
quien pudiera estar allí
con los primos paymogueros
entre encinares sin fin.
Hoy lloran esas encinas centenarias, las abulagas, la jara, tan parda, el romero, la albahaca y el jaguarzo; no se oyen los zumbidos de los insectos, inmóviles, en la quietud de su paisaje, y las hormigas siguen “enlutadas hasta el cuello”. El agua del Chanza y el Malagón, ríos huérfanos de su poeta, no es agua, sino lágrimas desconsoladas de sus tamujas de ribera, resbalando corriente abajo, por lajas de pizarra.
Hoy el viento por la Raña y el Albahacar es un escalofrío de adelfas, pregonando consternadas que ya no les cantará más su poeta.
Hoy no recortan el cielo de Paymogo tórtolas ni alondras, ni cantan los mirlos en las ramas de sus olivos, ni los jilgueros de las paredes encaladas; que se han acurrucado en el romero, sobrecogidos, por el llanto del gurumelo, en las entrañas de la tierra.
Hoy sus primos paymogueros tampoco lo entienden. La pluma de Casto solo escribe de color negro y en la guitarra de Juan Nicolás solo se rajea el silencio, acompañando las estrofas calladas, quejumbrosas de Juan Manuel, y un fandango valiente de aguardiente y ausencia, en la portentosa voz de Manuel Márquez.
Si, Paymogo, como todos los que lo conocimos, y queremos, también está de luto, (“un ciclón negro de luto/galopa en la madrugada”), aunque él así no lo quisiera, como ha dicho, a través de los labios de su sobrino y buen conocedor, Juan Santos, en su funeral:
Puedes cerrar los ojos y rezar, para que vuelva
o puedes abrirlos y ver todo lo que he dejado.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacio, dar la espalda o
puedes hacer lo que a mí me gustaría:
sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

Cristal acorazado

Como te dije en vida, en aquel multitudinario homenaje por tu jubilación que, los que te queremos, te organizamos, y del que disfrutaste profundamente:
”Ha sido y es para mí vida, una suerte encontrarte/un aprendizaje continuo y enriquecedor, trabajar a tu lado/y un verdadero privilegio y honor ser tu amigo.
Señoras y señores, se ha ido un grande, un ser humano excepcional, gigantesco y entrañable, se va el corazón del Hospital Infantil. Por él y para él, con esta ovación cerrada, no puedo pedirle menos a la Presidencia que, las dos orejas y el rabo para la faena de su vida”.
Fuiste un hombre integro y cabal hasta el final de tus días, cuando, a la portuguesa manera, cansinamente en el hospital, me agradecías mi visita diaria y me decías, muriéndote, muriéndonos, que no molestara más al Oncólogo, ni al Digestivo, (muchas gracias Dr. Teófilo Ruiz, extraordinario endoscopista, mejor persona), ni a los Cirujanos, con tus dolencias…
No es que nos hayas dejado una profunda huella, es que nosotros, los que aprendimos de ti, somos tus huellas.
Recibiste a la muerte con pasmosa y reflexionada naturalidad. Quizás por eso, aquella, sorprendida, no te consiguió borrar de tu cara yacente la expresión tranquila, de serena paz, ni el esbozo de tu sonrisa burlona; quizás se llevó para el otro lado de la frontera (“cristal acorazado”, como decías) tu cuerpo, pero tu alma sigue aquí. La percibo enganchada en el verde ojeroso y pleno, de la mirada de Loli, tu mujer, derroche de entereza y coraje, la vida entera dedicada a ti; en la asumida resignación de Rocío y Cristina, tus hijas, en la algarabía de Marta, tu nieta, ávida de los abrazos de su abuelo, en la mutilada sonrisa triste, cómplice, de todos los que te queremos, dentro y fuera del Servicio, de tu gente.
Ahora eres luz, una cálida, incesante y apacible luz, que seguirá alumbrando nuestro caminar, ya que la luz, como los dos sabemos, es obstinada y poderosa por estos pagos, y no se detendrá fácilmente en las fronteras.
Y si queda dolor, que solo sea lluvia
resbalando por las mejillas y las manos
(Estamos todos juntos, Pepe Santos)

Semblanzas de un hombre cabal
Descansa en paz, maestro; descansa en paz, amigo
“compañero del alma, ¡tan temprano!
Hasta siempre
Antonio Moruno Tirado

Reflexiones (Dra. Dña. Josefina Grueso Montero)

Aunque esperada, la noticia de su muerte, la sentí profunda y dolorosamente.
Se ha ido uno de mis mejores amigos y magnifico compañero y “maestro”..
José Santos de Soto, «Pepe” para los amigos, terminó así una larga y dolorosa enfermedad, que él sufrió con gran entereza.
Fuimos compañeros toda la vida, desde la época de la Facultad y posteriormente compartimos especialidad y trabajo, hasta nuestra jubilación..
Compartí con él muchos proyectos y fui testigo de su enorme capacidad de trabajo y organización. De carácter afable , conciliador, y prudente. Con sólida formación y profundos conocimientos, sintonizó siempre bien con todos los que tuvimos la dicha de trabajar con él .
Uno de sus grandes proyectos , que culminó con éxito, fue la “refundación “ de la Sociedad Española de Cardiología Pediátrica. Me pidió que formara parte de la 1ª Junta Directiva como Tesorera. Y repetí con él como Presidente , también en la segunda.
Recuerdo con cariño todas aquellas reuniones preparatorias en las que con él participé, hasta conformar la composición de la misma. La Tesorería en esos momentos iniciales , no disponía de fondos, de modo que ambos aportamos una cantidad para así abrir la primera cuenta …. ¡con qué ilusión lo hizo!.
Su segundo proyecto en relación con la Sociedad, fue la organización del 1º Congreso Nacional de Cardiología Pediátrica, que como no podía ser de otra manera, tuvo lugar en Sevilla. Fueron meses de mucho trabajo, pero fue tanta su ilusión y empeño en que todo saliera perfecto, que al terminar el mismo con éxito, sintió una gran satisfacción y orgullo.
Esos sentimientos continuó teniéndolos hasta el final, al comprobar la excelente actividad y prestigio de la Sociedad y el éxito de los posteriores Congresos, gracias al buen hacer y compromiso de los que en la Junta Directiva les sucedieron.
Estoy segura que se fue contento y satisfecho de sus logros profesionales, pero también de sus logros personales. Fue un abuelo feliz y pudo disfrutar muchísimo con su familia , de la que se sentía tan orgulloso.
¡Hasta siempre querido amigo Pepe!
Josefina Grueso

Para Pepe Santos (Dra. Dña. Josefina Cano)

Conocí al Dr. Santos en 1975, cuando comenzamos juntos la Residencia de Pediatría en el Hospital Infantil Virgen del Rocío. Fuimos una promoción muy bien avenida en la que nunca existieron “conflictos de intereses”. Pepe era estudioso pero divertido, trabajador pero siempre dispuesto a participar y organizar actividades de grupo, serio pero con ese peculiar sentido del humor paymoguero. Nos hicimos muy amigos y luego, cada uno dirigió sus pasos a las distintas subespecialidades, él a la Cardiología Pediátrica.
Cuando en 1981 obtuvo su plaza de Cardiólogo Infantil en el Virgen del Rocío, se le pidió que realizara las guardias en la UCI, durante un tiempo, ya que había pocos Intensivistas Pediátricos. Aceptó y ¡las estuvo haciendo durante más de 20 años ¡.
Fue con nosotros, uno más del equipo, siempre al día en las técnicas de Intensivos que iban apareciendo. Sus extraordinarios conocimientos de Cardiología y Hemodinámica, nos los trasmitía a todos y, a la vez, el cuidado de pacientes de otras patologías le enriquecían a él.
Solía decir que nuestros pacientes, primero eran niños y luego enfermos que podían tener una patología cardiaca. Esta visión global del paciente, le permitió hacer diagnósticos muy complicados, que todos recordamos, “ con el fonendo”.
Cuando pasaba por la UCI, siempre se detenía si veía algún problema, sobre todo de canalización de vías, y no se marchaba hasta que no lo resolvíamos ¡o lo resolvía él ¡ sin que hiciera falta pedírselo.
Si le llamábamos para una emergencia Cardiológica, no hacía falta preguntarle si estaba localizado, allí aparecía enseguida y, a veces, llegaba cómo por arte de magia sin que le hubiéramos avisado.
Nunca decaía en las guardias, luchaba y luchaba contra la muerte de los pequeños y seguirá salvando vidas porque nos enseñó, a muchos médicos, a curar primero el alma y luego el corazón.
Fue nuestro maestro, un gran pediatra, un gran cardiólogo, un gran amigo y, sobre todo una bellísima persona. Gracias Pepe.