Marcapasos

¿Qué es un marcapasos artificial?

De forma genérica, un marcapasos artificial es un dispositivo que ayuda a un corazón enfermo a normalizar su frecuencia cardiaca mediante su estimulación con pequeños impulsos eléctricos. Consta, básicamente, de una batería de alimentación, un circuito electrónico que controla la FC y unas sondas o electrodos que llevan los impulsos eléctricos a los nódulos, que a su vez lo transmiten a los músculos del corazón.

Estos aliados del hombre han evolucionado mucho con el tiempo, reduciendo considerablemente su tamaño y ampliando sorprendentemente sus funcionalidades. Actualmente, su tamaño permite su implante bajo la piel, pero no siempre ha sido así. La complejidad del circuito electrónico también ha evolucionado hasta el punto de que los dispositivos de hoy no se limitan a mantener una frecuencia constante, sino que monitorizan al portador del implante y ajustan constantemente la frecuencia a la que demanda su actividad, entre otras funciones.

Aunque el principio de funcionamiento del dispositivo sigue siendo el mismo, se han producido muchas innovaciones tecnológicas en lo referente a sus prestaciones, su sistema de alimentación y sus materiales.

Su evolución

Los primeros marcapasos: los marcapasos a ritmo fijo o asincrónicos

Datan de principios de los años 50. Eran dispositivos torpes, grandes y poco duraderos, con un circuito electrónico muy rudimentario y con unas dimensiones que no permitían su implante en el cuerpo del paciente. Estos marcapasos externos estaban compuestos por unos pocos diodos, transistores, resistencias y un condensador. Una o varias pilas aportaban la energía necesaria para alimentar el circuito y estimular el corazón. Su fiabilidad dejaba mucho que desear y no garantizaban su funcionamiento continuado durante períodos largos de vida. Además, no eran más que instrumentos ciegos que continuamente producían unos 70 impulsos eléctricos por minuto, conduciéndolos hasta el corazón por medio de un electrodo, sin tener en cuenta la actividad del portador ni de su corazón. Estos marcapasos, conocidos como ‘marcapasos a ritmo fijo’ o ‘asincrónicos’, cumplían su papel muy bien cuando el ritmo propio del paciente estaba completamente ausente, pero cuando el fallo del ritmo sólo era intermitente, el marcapasos interfería ligeramente con el ritmo normal en los momentos en que éste se restablecía.

La primera evolución: los marcapasos a demanda

El siguiente paso fue el diseño de un marcapasos más inteligente, que dejara de actuar cuando se restableciera el ritmo cardíaco. Esto supuso la incorporación de nuevos circuitos, capaces de interactuar con el paciente, detectando la actividad eléctrica del corazón. Estos nuevos marcapasos se denominaron ‘a demanda’ porque sólo funcionaban cuando hacía falta.

Dispositivos que se comunican con el exterior: los marcapasos programables

Estos marcapasos disponen de una antena que les permite comunicarse con un disposivo externo, llamado ‘programador’, mediante señales electromagnéticas, de modo que pueden ser reprogramados sin necesidad de extraerlos, sin operar de nuevo al paciente. Esto supone poder adaptar su función a diversos estados del organismo sin la incomodidad que supone para el paciente una operación. Además, algunos de ellos pueden transmitir datos sobre su funcionamiento que ayudan a conocer su estado, la situación de las baterías, etc.

La necesidad de dialogar con el corazón: los marcapasos fisiológicos

La implantación de un sistema de comunicaciones con el exterior supuso un gran avance, pero los marcapasos programables seguían siendo insensibles a las necesidades del organismo y su funcionamiento. Se empezó entonces a pensar en un marcapasos que fuese más fisiológico, es decir, capaz de responder a las necesidades orgánicas en cada momento. Estos dispositivos, aún en desarrollo, pueden responder a otras medidas de la actividad corporal, cambiando automáticamente su frecuencia. Algunos aparatos captan las vibraciones del cuerpo durante el movimiento; otros detectan la actividad respiratoria y aceleran la frecuencia del corazón paralelamente a la de la respiración; otros detectan finas vibraciones en la actividad eléctrica cardíaca producidas por el ejercicio y otros, en estado de diseño o proyecto, responderían al agotamiento del oxígeno en la sangre, a variaciones de la temperatura corporal, o incluso a varios de estos fenómenos simultáneamente.

Avances en el suministro de energía

Uno de los problemas que persisten en los marcapasos es la necesidad de sustituirlos por agotamiento de las baterías. Con el tiempo, las baterías han ido incrementando su capacidad a la vez que se hacían más pequeñas.

Los primeros marcapasos estaban alimentados por pilas de mercurio-zinc que podían durar como mucho 2-3 años.

Posteriormente, se recurrió a implantar dispositivos alimentados mediante un generador nuclear. Aunque contaban con una gran autonomía, en muchos casos superior a los 30 años, fueron sustituidos por contener plutonio, una sustancia altamente radiactivo que podría liberarse accidentalmente en casos muy aislados (cremación, disparo de bala, etc.).

Los dispositivos que relevaron a los nucleares utilizaron baterías de litio, con una duración de entre 5 y 15 años, según los modelos y su programación. Estos son los que se siguen utilizando en la actualidad de forma habitual.

Pero existen investigaciones muy avanzadas para desarrollar dispositivos que permitan recargar sus baterías y así evitar las molestias de su reemplazo, aunque sólo se trate de una operación de cirugía menor. Unos permiten su recarga mediante un cargador externo de inducción que se coloca sobre la piel. Otros, aprovechan el movimiento del portador del marcapasos para mover pequeños generadores internos que cargan la batería, utilizando una tecnología muy similar a la de los relojes automáticos más modernos. Finalmente, los hay que aprovechan el calor corporal para generar electricidad y alimentar las baterías.

Precauciones

Las personas con un marcapasos implantado pueden llevar a cabo una vida normal sin limitaciones, aunque deben tener en cuenta unas mínimas medidas de seguridad. La inmensa mayoría de los aparatos electrodomésticos son seguros y no requieren ninguna precaución pero, no obstante, hay que tener en cuenta que existen interferencias electromagnéticas (IEM) que pueden afectar al normal funcionamiento de un marcapasos.

Las precauciones son muy simples y consisten en guardar una distancia de aproximadamente 15 a 30 cm con los aparatos mientras estén funcionando. En la siguiente tabla del Dr. Luis Felipe Valenzuela García, del Servicio de Cardiología del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, se dan a conocer los aparatos que se pueden manejar con seguridad y con cuáles hay que tener precauciones.

También conviene saber que hay determinados procedimientos diagnósticos o terapéuticos en medicina que pueden interferir con el funcionamiento de un marcapasos a través de IEM. Esto es conocido por los médicos y se tiene muy en cuenta en la valoración pre-quirúrgica. No hay por qué preocuparse, pero nunca está de más preguntar si se tienen dudas.

Es seguroPrecauciónEvitar
Uso Personal
  • Ordenadores / PDAs / Redes
  • Fax / impresora / copiadora
  • Teléfono inlámbrico (Cogerlo con la mano opuesta)
  • Buscas / localizador
  • Coches/radares tráfico
  • Manta eléctrica
  • Secadores
  • Máquina de afeitar
  • Masaje / depilación eléctrico
  • Cualquier dispositivo a pilas
  • Teléfono móvil (Mantenerlo al menos a 30 cm. Cogerlo con la mano opuesta. No guardarlo en el bolsillo del mismo lado. Si aparece interferencia retírese o apague el móvil)
  • Walkie-talkies / emisoras (Mantenerlo al menos a 60 cm)
  • Depilador por electrolisis
  • Medidores de grasa corporal
  • Acercar cualquier imán a menos de 30 cm del dispositivo
Electrodomésticos
  • Microondas
  • Horno de convección
  • Cuchillo eléctrico
  • Lavavajillas
  • Lavadoras
  • Tostadora
  • Aire acondicionado
  • Purificador / humidificador
  • Domótica
  • Ascensores
  • Cualquier dispositivo a pilas
  • Horno de inducción
  • Cortacesped a motor
  • Podadoras a motor
  • Sistemas de alarmas
  • Imán (Mantenerlo al menos a 30 cm)
Ocio
  • Radio / TV / TDT-codificador
  • CD / DVD / videoconsolas
  • Mandos a distancia de garajes, TV, música, etc.
  • Jacuzzis / hidroterapia
  • Cualquier dispositivo a pilas
  • Seguridad Aeropuertos (Avise con antelación. Evite los detectores de metales y solicite exploración manual)
  • Altavoces estéreo
  • Buceo (A no más de 10 metros)
  • Bingo/ Tragaperras
  • Imán (Mantenerlo al menos a 30 cm)
Dispositivos médicos
  • Radiografía simple
  • TAC
  • Electrocardiograma
  • Ecocardiografía
  • Bisturí eléctrico
  • Cardioversión
  • Neuroestimulador / TENS
  • Ablación con radiofrecuencia
  • Radioterapia
  • Instrumental dentista
  • Electroshock
  • Resonancia magnética
  • Diatermia
Varios 
  • Soldadoras por arco voltaico (Mantenerla al menos a 60 cm)
  • Motor / alternador / reparaciones (Mantenerla al menos a 60 cm)
  • Transformadores
  • Alto voltaje
  • Transmisores alta frecuencia
  • Martillo eléctrico
  • Imán (Mantenerlo al menos a 30 cm)

Válido para marcapasos, desfibriladores (DAI) y dispositivos de resincronización cardíaca (TRC). En general el problema es transitorio y desaparece al retirase de la interferencia. Si tiene un DAI, en algunos casos puede producirse un tono, si lo oye, salga de donde está y consulte a su médico. La precaución implica: evitarlo si es posible y en todo caso, aumentar la distancia entre 15-30 cm entre el marcapasos y el aparato. Lea las instrucciones específicas de cada fabricante. La tabla es orientativa, no incluye todos los dispositivos posibles.

Adaptado por el Dr. Luis Felipe Valenzuela García (Cardiólogo) a partir de las recomendaciones generales de los fabricantes y la Normativa Vigente.